Somos capaces de generar realidades si nos damos autoridad para hacer declaraciones y sostenerlas.

Hace poco más de un año que elaboré el dibujo que acompaña esta primera publicación.
Tiene que ver con un ejercicio de visión que ensayamos en el ACP (El Arte del Coaching Profesional) de la Escuela The Newfield Network acá en Bogotá en el 2013.
Al principio, debo admitir que me sonaba a una tarea de artes plásticas y que mis dotes de dibujante no llenaban el requisito para que el dibujo fuese «aceptable» a los ojos de los otros. La verdad no sabía el compromiso que estaba adquiriendo conmigo de caras al futuro al realizar esta inocente escena!.
Les explico: mi gran declaración al iniciar mi viaje por el mundo del coaching fue «quiero hacerme cargo de mi mismo». Sin entender muy bien de que se trataba; la intención que le puse a mi periplo fue la de encontrar «algo» que me permitiese sentirme en paz conmigo y que me realizara como profesional…
Pasado un tiempo, ya casi a mitad del programa, me vi en medio del ejercicio de visión a 5 años (si se fijan la fecha es Agosto 16, 2018) y fue ahí cuando ese «algo» que estaba en mi intención cobró sentido y adquirió corporeidad; se trataba de mi dignidad y de mi pasión.
Así es. Durante muchos años (casi 48) y más de 120 kilos de masa corporal me había dedicado a complacer a los demás y a sostener y suplir las necesidades de todos los que me rodeaban. Por supuesto que para eso fue necesario abandonar lo que yo necesitaba y lo que me hacía vivir en el disfrute. Me dediqué a trabajar y a competir conmigo y con todos; mi lema era «las oportunidades están en todas partes; pero tengo que llegar primero para poder capturarlas». Este pequeño detalle me llevó a una carrera por el «crecimiento» profesional que a su vez me condujera a un ingreso mayor para entonces poder sostener a los otros y sentirme valorado y amado. Lo perverso del asunto es que cuanto más obtenía en términos de reconocimiento profesional, ascensos y aumentos de salario; más cansado y rabioso me sentía y menos satisfecho y amado que cuando había comenzado mi competencia.
Eso, mis queridos amigos, fue mi gran descubrimiento: Puse a todo y a todos por delante de mi y dejé de valorarme y amarme a mi mismo por lo que soy. En resumen, había dejado a un lado mi dignidad y solo me percibía digno de amor si era capaz de suplir y ser el gran proveedor del mundo. Por supuesto que ni hablar de la pasión. Mi carrera por tener más y ascender más me hizo perder de vista el disfrute y esa chispa que se enciende cuando lo que hacemos va acompañado de un propósito de vida. Además; mi miopía profesional me llevó a perder de vista el «bien mayor», esa emoción que es más grande que yo mismo y que me permite conectarme con cada cosa y cada ser que me rodea.
Fue así, que después de este darme cuenta este inocente boceto se hizo declaración y reza así más o menos: En 5 años estaré haciendo lo que me gusta por el bien de los corazones colombianos; tendré un balance entre mi pasión profesional y mi vida familiar y me permitiré disfrutar de las cosas que me gustan: mi familia; el tiempo libre y la naturaleza.
A un poco más de un año, me han ocurrido cosas maravillosas a partir de mis decisiones: me hice cargo de mi mismo y solté la seguridad que me daba mi empleo de más de 20 años y unos ingresos muy generosos. Me permití habitar el espacio de la incertidumbre y fluir en ella «como la hoja que se desprende del árbol y va en caída libre pero confiando que llegar al suelo le abrirá un nuevo ciclo» (esta frase se la agradezco a mi maestro Andrés Novoa). Justo el 04 de agosto de 2014 comencé este proyecto que hoy es CreSiendo Consultores y disfruto acompañando corazones en mis conversaciones de coaching, incluso más allá de las fronteras colombianas.

Aún faltan cosas por ocurrir. Mis más de 120 kilos aún me acompañan pero desde una perspectiva diferente; ya no como el «más grande y más fuerte que está obligado a sostener». El hábito de no saber como disfrutar de las cosas sencillas aún no se me da fácilmente…pero reconozco que estoy viviendo en compasión y liviandad conmigo mismo.

Autor del texto: Félix Viloria Landaeta
Coach Ontológico y Life Coach

Mail: felix.viloria@cresiendoconsultores.com
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